sábado, 20 de julio de 2013

XOOWMAGAZINE32 P248 #xoowmusic 20 HERTZIOS


EL MERCADILLO DISCOGRÁFICO

Cuando echo un vistazo atrás en el tiempo, y veo como cuidaba la música, eligiendo muy concienzudamente que track o que canción seleccionaba para mis sesiones, o simplemente para escuchar ese tema en mi hogar, siento como me abruma la nostalgia pensando en que se ha convertido la profesión de músico. Hace tan solo 20 años, cuando se vendía la música en soportes físicos como vinilos, cassettes o cds, uno se dedicaba única y exclusivamente a este trabajo, sabiendo que podía vivir de ello si era lo sufi cientemente exigente con sus producciones, “tanto vendes, tanto ganas”. Era así, por que cuando se pagaba por un disco, se hacía escuchándolo previamente y eligiéndolo entre otros muchos que no creías lo sufi cientemente aptos para tu colección. Ese es el principio básico de la rueda cualitativa en este negocio o cualquier otro, “si pagas por algo tiene que reunir las condiciones mínimas de calidad”. La cuestión es que me equivoqué. Hace años en épocas donde se vendían cientos de miles de recopilatorios pensaba que mi futuro (en el que me encuentro hoy en día), estaba en la producción musical y que era ahí donde me tenía que centrar, ya que no me veía con 40 y tantos pinchando en salas y siendo el abuelete de las discotecas. La realidad superó a la ficción, y hoy en el S.XXI se ha dado la vuelta a la tortilla con pirueta incorporada. Desde la aparición del formato MP3 junto con la vorágine de los intercambios de archivos en internet, el negocio discográfico ha dejado de existir. Quebrando grandes casas discográficas y dejando de trabajar muchos compañeros de profesión. Esto no solo ha ocurrido en este sector, en otros ha pasado algo similar. Meditando mas en ello, quizás ha sido necesario, desde un punto de vista optimista, pensar que todo lo sucedido ha servido de criba y que así, los creadores nos hemos desecho del fenómeno parasitario que las discográficas ejercían sobre los autores y a su vez los consumidores, eliminando intermediarios innecesarios para la conexión directa entre los puntos imprescindibles, altavoz / oreja. Por otro lado, en lo negativo, gracias a esto existe el producto de usar y tirar, “ya que es gratis me lo bajo, lo escucho y me olvido”. Que ocurre también con los pseudo creadores? He aquí una explicación: Después de la caída del formato físico, han proliferado miles de sellos discográficos que solo trabajan el producto virtual, cuyos gastos se han reducido notablemente, ya que solo se especifican en inversiones de gestión de su catálogo “subir los temas a los diferentes portales de ventas de internet”, por ello se aceptan productos que jamás se hubieran editado en formato físico, bajando la calidad y evolución musical a niveles nunca conocidos. ¿En esto me he convertido? Lamentablemente, si. ¿Es lo que quiero?, no. Como productor y creador musical debo exponer mis trabajos en diferentes sellos en los cuales me siento muy afortunado por el gran trato que recibo y dedicación con mis trabajos. Pero me siento responsable, viendo que camino sigue este sector cada vez mas dañado y maltratado. El no decir, el callarse, el verlas venir y no hacer nada no va conmigo. Creo ver en el horizonte un nuevo tipo de gestión entre el músico y el oyente, por ej. (www.official.fm) en el cual solo exista ese vínculo directo, donde no hayan intermediarios. Aprovechemos internet, en su máximo exponente, el autor debe ser su propio sello discográfico, donde exponga su catalogo en redes globales y el oyente solo se limite a elegir lo que quiera, pagando lo justo y merecido al creador de ese track. Las crisis sirven, como la ciencia, para aprender de los errores. Por una música de calidad y una profesión reconocida.
Julio Posadas