lunes, 20 de enero de 2014

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PA SOLÀ, HISTORIA Y EVOLUCIÓN

El origen de la firma panadera Pa Solà se remonta nada más y nada menos que al 1615. En aquel año se construyó en el municipio de Sant Boi de Lluçanès (Barcelona) la masía Can Solà, que, por ser la primera casa del pueblo, era donde se horneaba el pan para todos los vecinos. Desde entonces siempre ha habido “un Solà panadero”. A lo largo de los siglos, los Solà han trabajado siempre como panaderos, incluso fuera de nuestras fronteras. De hecho, Toni Solà Pla (padre) emigró a Brasil, donde ejerció de lo que más sabía, de panadero. A finales de la década de los sesenta del siglo pasado, Toni Solà Pla decidió regresar a su tierra, Catalunya, más exactamente a Argentona (Barcelona), donde alquiló un horno de pan, que dio origen al negocio actual de Pa Solà. Sólo una década después de abrir su panadería, su hijo, Antoni Solà Pla se incorporó al negocio familiar, continuando así con la saga. La buena fama del pan que hacían los Solà fue extendiéndose poco a poco por el  municipio y más allá de la comarca. De hecho, desde bien temprano, los mejores restauradores confiaron en los Solà para la elaboración de “panes a medida”. Cabe destacar el punto de partida en esta historia de unión entre Pa Solà y la restauración. Se remonta a la década de los setenta. El restaurante El Racó d’en Binu (Argentona), uno de los primeros establecimientos españoles en conseguir dos estrellas Michelin, fue uno de los pioneros en el cuidado del pan, por lo que confió en los Solà para que le diseñaran los mejores panes. En 1972, en Pa Solà se comenzaron a hornear los primeros panes de formato mini y de sabores para ellos (pan de cebolla, pan de nueces, de sobrasada, de queso, de comino…). El éxito que tuvo aquella primera experiencia hizo que muchos otros restauradores y cocineros de prestigio quisieran también ofrecer en sus mesas el pan que elaboraban los Solà. De hecho, Pa Solà puede vanagloriarse de ser una de las empresas panaderas que ha tenido más clientes “con estrellas Michelin” del mercado. No en vano, gracias a aquellas primeras experiencias contaron entre sus clientes con casas de comidas de reputada trayectoria como el restaurante Sant Pau, el Bulli, Neichel, Drolma, Àbac, Cal Rei, Miramar, Can Bosch, El Cingle, Caelis… En 2003 se inicia una nueva etapa en la empresa con la llegada de una nueva generación al negocio familiar: se incorporan a él Elsa y Cristina Solà, hijas de Toni Solà Pla (hijo); y un año después, Enric Flo, yerno de Toni Solà. Enric Flo se forma en el arte del pan y convierte este oficio en su gran pasión. De esta forma, Pa Solà mantiene su carácter enteramente familiar, lo que es una de las señas más importantes de su identidad. Los Solà siempre se han distinguido por su dominio del arte panadero (muchos han catalogado, y en no pocas ocasiones, a Toni Solà como “el mejor panadero del mundo”); pero también han destacado y destacan por el trato exquisito y exageradamente personalizado que han mantenido y mantienen con sus clientes. Ésta es una de las claves del éxito de la empresa. La otra, evidentemente, su pan, que se sigue elaborando con métodos artesanales y manuales. En los últimos años, la ilusión y la consideración hacia sus clientes les ha llevado a participar también en numerosos concursos y certámenes, donde el jurado siempre ha sabido valorar el buen hacer de los Solà, auténticos artesanos modernos del pan. 
c/ Dr. Samsó, 8 baixos • 08310 Argentona - BCN • Tel. (+34) 664 218 283 - Fax (+34) 93 792 89 60 enricflo@pasolasl.comwww.pasolasl.com